APRENDER A VER. VER BIEN PARA APRENDER
NO SOLO LA MIOPÍA, LA HIPERMETROPÍA O EL ASTIGMATISMO PUEDEN AFECTAR EL RENDIMIENTO EN LA ESCUELA SI NO HAN SIDO CORRECTAMENTE DIAGNOSTICADOS Y CORREGIDOS. EXISTEN OTROS ASPECTOS DE LA VISIÓN QUE AFECTAN LAS HABILIDADES QUE LOS NIÑOS NECESITAN.
Una buena visión no se mide solamente por la agudeza visual (la capacidad de ver nítidamente objetos situados a una distancia lejana), sino que intervienen muchos otros factores, que convierten la visión en una destreza aprendida durante el desarrollo del niño y que lo capacita para obtener información, identificarla, interpretarla y comprenderla.
A parte de la miopía, hipermetropía o el astigmatismo, existen otros aspectos que pueden interferir en el rendimiento escolar de los niños y éstos son:
– Problemas de enfoque que no permiten al niño cambiar rápidamente el foco de la pizarra al libro o viceversa.
– Dificultad para usar ambos ojos al mismo tiempo. Esto obliga a realizar un excesivo esfuerzo y obstaculiza el proceso de información visual.
– Dificultad para controlar los movimientos de los ojos, problema que se manifiesta en pérdidas de lugar durante la lectura, comprensión pobre o necesidad de usar el dedo para leer.
Estos problemas para procesar la información visual representan grandes obstáculos en la escuela para los niños que los sufren. El niño que no ha desarrollado adecuadamente estas habilidades suele tener problemas en la lectura, escritura, matemáticas, a la hora de razonar y pensar, en los deportes o incluso en las relaciones sociales con otros niños. Algunos niños con problemas visuales asociados a problemas de aprendizaje se pueden beneficiar del uso de lentes para cerca o de programas de terapia visual.
En el proceso de la visión intervienen procesos motores, ópticos y sensoriales que deben desarrollarse de forma coordinada y precisa. En condiciones normales, el proceso de la visión de un objeto depende de su localización en el espacio en relación con el entorno y con nuestro cuerpo.
Los ojos y la visión son muy importantes para sobrevivir, por lo que el niño, en su maduración, irá mejorando el funcionamiento de sus ojos. Aún así, algunos factores ambientales y el empleo inadecuado de los ojos, pueden entorpecer el desarrollo de la función visual y hacer que no llegue a ser adecuado, con lo que el niño observará menos, verá menos, recordará menos, aprenderá menos y por lo general tendrá mas dificultades.
Las tareas escolares ponen a prueba constantemente el funcionamiento del sistema visual del niño, y su capacidad para elaborar información a partir de los símbolos (letras, números, dibujos, etc.) y objetos situados a diferentes distancias en su espacio visual.
La función visual es, pues, un proceso que se aprende, y por ello puede reeducarse por medio de terapias visuales. En Visiona diseñamos un programa de ejercicios individualizado, que involucra todas las habilidades visuales, sacando el máximo potencial, dotándole de nuevas y mejores herramientas y, en consecuencia, mejorando así el rendimiento escolar.